Mi Vida
Cuando nací una palmada me demostró que hay dolores que no
voy a controlar. Por años me pregunte si la vida y el dolor debían estar
ligados, ¿será que para sentir que respiro debía sentir una palmada?
Crecí con miedo a dejar de existir, una luz siempre debía estar
encendida para que los miedos no se apoderen de mi. Cuando desafié a la
vida y sentí que nada podía faltar, me mostró que una inexistencia en este
mundo podría darme una palmada como nunca antes.
Al pasar de muchos años me di cuenta que había tanta gente a
mi alrededor, que me sentía solo. Hoy entiendo que nunca he estado solo, pero
para esto pase un proceso que solo se puede ver al leerme entre líneas. Es rico sentir los hilos que unen todo, y que pese a todo la vida te sonríe.
Láquesis apiádate de mi!
No hay comentarios:
Publicar un comentario